LA IMPORTANCIA DE ESTUDIAR A OSCURAS
Esta semana uno de mis alumnos de guitarra me preguntó que si era factible poner en el mástil unos puntos o señales para saber y reconocer cada traste en el diapasón para tener más claro donde tenía que poner los dedos puesto que en muchas ocasiones se equivoca de traste cuando toca.
¿Marcas en la guitarra?
Nunca he utilizado esta práctica, al contrario, en la mayoría de las ocasiones, cada vez que estudio lo hago con la luz apagada y casi totalmente a oscuras. Sin embargo, debo reconocer que en mis comienzos tenía una guitarra señalada en todo el mástil por el uso de la cejilla; sobre todo en los trastes 5 y 7. Esto se debía a que casi siempre acompañaba a cantaoras, las cuales suelen cantar en esa tonalidad.
En verdad, esto no me ayudó mucho, pero recuerdo que cuando estaba nervioso al tocar, bien porque me estaban mirando o por otras causas, recordaba que la guitarra tenía estas señales y hacia uso de ellas. Después, con el tiempo, me fui dando cuenta que por lo general tocar con los ojos cerrados es la mejor manera de escapar de cualquier tipo de quid nervioso. Esto es así porque nos ayuda a desconectarnos de lo que está sucediendo, cosa que por lo menos a mí me relaja. De ahí, probablemente, eso que le digo a mis alumnos, “si os tenéis que equivocar, que sea con estilo”.
¿Guitarras con señales?
Hay muchas guitarras que ya traen incrustaciones en el diapasón que por lo general son de nácar para que resalte más. No obstante, estas guitarras se suelen utilizar en otros géneros musicales.
¿Qué sugiero en este caso?
Pues, a fuer de ser sincero, no sabría qué decir, pero si crees que de verdad te ayuda a estar más relajado, pues pon unas marcas tales como un trocito de papel, o lo que sea. Ahora bien, si quieres estudiar a oscuras y no limitarte a estas señales lo considero más efectivo, pues, cuando cojas otra guitarra que no sea la tuya, esta no tendrá marcas y posiblemente te sientas como desnudo ante tal situación. De todas formas, pienso como guitarrista flamenco que en la mayoría de las ocasiones nuestro error viene ocasionado por una duda infundada y provocada por el miedo, que es el que no deja actuar a los dedos. Por lo tanto, los dedos no cometen ningún error si la duda no hace acto de presencia.