Antes de nada, conviene saber que la comodidad del guitarrista es fundamental en lo que respecta al posible agotamiento y dolores de manos que, por varias y lógicas circunstancias se suelen producir en el manejo de cualquier instrumento de cuerda.
Recuerdo que en mis inicios tocaba con guitarras muy duras y una separación de las cuerdas bastante amplia. En cierto modo, pienso que esto mismo a otras personas les hubiera causado el abandono de la guitarra. Sin embargo, puede que, por cabezonería, posiblemente, en mi caso se produjo el efecto contrario.
Mi Primera gran Guitarra
No pude tener una buena guitarra hasta los veintitantos años de edad. Por supuesto que el cambio fue radical a la hora de expresar lo que yo sentía. Después, con el tiempo, todo lo que hacía no solo me parecía más fácil de tocar sino que no tenía que esforzarme en sacar un buen sonido. Todo esto me sirvió para entender que comenzar mi aprendizaje con una guitarra de gama baja, me ayudó a intentar sacar el mejor sonido de la misma. Así pues, cuando tocaba una guitarra de calidad me resultaba más fácil sacar un buen sonido.
Lo más importante
Así pues, lo más destacable de una guitarra buena con una de inferior calidad no es tanto el sonido sino la comodidad. Insisto, para mí, el factor más importante de una guitarra radica en lo cómoda que esta sea, pues, se da el caso de guitarras que suenan muy bien, pero que no están hechas para todo el mundo, ya sea esto por el grosor del mástil, por su dureza o por otros requisitos.
Encargar una guitarra a un Luthier
Creo que todo aquel que se sienta guitarrista está obligado a buscar un luthier y darle desde el principio las pautas necesarias de cómo quiere la guitarra, y que el lutier intente aplicar las medidas exactas para alcanzar la comodidad deseada por el guitarrista. Sin embargo, hoy día veo que, tanto el guitarrista como el luthier, no hablan mucho de esto a la hora de encargar una guitarra; se centran más en la estética y el sonido.
En mi centro de La Cavaera (dedicado a la formación de guitarristas y luthieres), esa es la prioridad. Y por eso mismo no puedo dar una medida estándar a la hora de construir una guitarra, pues, hasta el mismísimo lijado del mástil, por ejemplo, dependerá de las manos de la persona en cuestión.
Como es natural, todo lo dicho hasta aquí va dirigido al aficionado o aprendiz de la guitarra, pues, en lo que respecta al profesional, el orden de los factores se cambia; debe predominar el sonido y la estética porque la comodidad se da por superada.