¡Cada día toco peor!
Esta frase es muy típica y patente en la mayoría de los jóvenes aprendices de guitarra flamenca o clásica. Se debe a la ansiedad por aprender rápido, y, al no conseguirlo, sobreviene cierta desesperanza en el alumno, ya que le da la impresión de que el avance con la guitarra es lento y empalagoso, cosa – por otro lado – muy general en casi todos. Para solucionar este problema no hay otro remedio que recurrir a un método sobre el estudio y el conocimiento de la guitarra; lo cual viene a ser como eso de “conocerse a sí mismo para conocer a los demás”. Sobre esto no cabe ninguna duda, pues conocer bien el instrumento, implica paliar todas las sensaciones negativas que se puedan presentar y que son muy corrientes en cualquier aprendizaje.
El profesor de guitarra y su visión con los alumnos
Marcar unos objetivos a corto o largo plazo es fundamental para que el alumno no caiga en una rutina de aprendizaje aburrida y fatigosa. Por supuesto, aquí es el profesor de guitarra el que tiene que percatarse de estas sensaciones, ya que cada persona es un mundo y no todos tienen la misma paciencia. De ahí que, a veces y de la noche a la mañana, un alumno pueda abandonar la guitarra sin que el profesor se percate de que tenía que haber cambiado de rutina.
¿Pero es verdad que el alumno no avanza en el aprendizaje?
Por supuesto que el avance siempre está ahí, pero la percepción del mismo resulta casi inexistente para el alumno. En mis clases presenciales de guitarra hay varios días de separación entre unas y otras, a veces hasta una semana y percibo si ese alumno ha estudiado o no. Por lo tanto, al alumno le puede parecer que no ha avanzado nada en toda una semana, cuando para mí puede ser todo un éxito el trabajo realizado. No obstante, ese querer y saber más, no siempre va acompañado con nuestras expectativas de trabajo puesto que en el aprendizaje de la guitarra hay variantes que no solo hacen que nuestro trabajo resulte insuficiente, sino que pude darse el caso de que estemos trabajando algo en concreto que no está repercutiendo en lo que queremos conseguir.
Objetivos semanales
Siempre, antes de terminar la clase, marco unos objetivos al alumno para la siguiente, sobre todo si hay un fin de semana por medio, puesto que eso le ayudará a saber lo qué tiene que hacer y cuál es su objetivo semanal.
En suma y en lo que a mí respecta, para alcanzar los objetivos de las dos partes, intento adaptarme al alumno por medio de la persuasión hasta conseguir que se meta en el mundo de la guitarra flamenca, todo ello bajo el ejercicio de la perseverancia, de la memoria, de una buena comunicación, y lo fundamental: un alto porcentaje de ENTUSIASMO y de saber ESCUCHAR…. ¡OJO! Sin estas dos cualidades, poco se puede hacer en la guitarra en particular y en la música en general.
En fin, como suele decir – más o menos – el gran ilusionista Anthony Blake en sus actuaciones: “no caben más vueltas”.